Los casos a nivel nacional superarían los 15.000.
Por Martín Correa
Si se lo compara con los 35 casos de coronavirus, es claro que el problema es mucho más serio. Las fuentes oficiales muestran que los lugares más afectados son barrios de la Capital y del Gran San Miguel: Barrio Victoria, 11 de Marzo y San José, aunque se detectaron casos en casi todos los barrios de la Capital y en numerosas localidades del interior. La epidemia se instala en los grandes conglomerados urbanos y las zonas cercanas a basurales y aguas estancadas. Pero las cifras pueden resultar mentirosas. El Ministerio de Salud de Tucumán no realiza tests serológicos específicos para detectar el dengue, solo se lo diagnostica mediante signos clínicos, no existen los reactivos en los hospitales para detectar una enfermedad que ya se acerca a los mil casos y aumenta considerablemente día a día. Se trata evidentemente de un problema político, el gobierno ha decidido no gastar plata en conseguir los reactivos y así ocultar el verdadero números de contagiados.
Los basurales y el agua estancada son el principal foco de dengue en la provincia; el gobernador, los intendentes y delegados comunales optaron por trasladarle el problema a la gente en vez de hacerse cargo. Hacen responsables a los vecinos de los barrios por limpieza, pero los basurales están por todos lados y sobre todo en los barrios marginales. Desde el Polo Obrero se hicieron innumerables denuncias de basurales y solo cuando hubo una amenaza de una acción de lucha el gobierno atino a limpiar y desmalezar. En general no hay una política pública respecto a esto, gran cantidad de barrios está completamente abandonada, no tienen agua potable, cloacas y mucho menos recolección de residuos, es así que la basura se acumula en cualquier parte. La urbanización de barrios y villas es la mejor forma de combatir al dengue y otras enfermedades que se desarrollan con mayor facilidad en medio de la precariedad.
Si el gobierno no ha destinado un presupuesto para la recolección de residuos en toda la provincia, mucho menos reforzó el presupuesto de salud para la prevención de enfermedades. El sistema provincial de salud ha sido desfinanciada año tras año, los salarios de los médicos son bajísimos, muchos de ellos están unos años en hospitales o Caps (centros de atención primaria) y luego se vuelcan a la actividad privada que es más rentable, este fenómeno expulsa a los médicos con más experiencia o preparación de la salud publica en beneficio de los privados. Prácticamente no existen los médicos especialistas en los centros de atención primaria de barrios y ciudades del interior, ante cualquier problema de mediana complejidad no hay otra alternativa que concurrir a los hospitales de la capital o el gran San Miguel. Otro tanto ocurre con los enfermeros que tienen que cubrir turnos continuos y dividirse entre públicos y privados para poder armar un salario decente, las jornadas laborales de enfermeros suelen ser interminables si se suman las guardias.
Es en este marco que el gobierno pretende hacerle frente a coronavirus y al dengue, con recursos escasos y un sistema desfinanciado en beneficio de las clínicas privadas. Nunca ha quedado demostrado más claramente el constante reclamo del Partido Obrero y el Frente de Izquierda de una inmediata triplicación del presupuesto de salud y un salario mínimo igual a la canasta familiar para todo su personal.
Publicado en Prensa Obrera on line:
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