Los diversos sindicatos que agrupan a los trabajadores de la salud han iniciado negociaciones paritarias con el gobierno. En las negociaciones intervienen Atsa, AME (Asociación de Médicos Empleados), Sumar y, por primera vez, se ha sumado el sindicato de los trabajadores autoconvocados de la salud (Sitas), un sello surgido el año pasado luego de dos grandes huelgas (2009 y 2010), y al que el gobierno le ha dado cabida a pesar de carecer de personería gremial, en la medida que su dirigencia ya ha demostrado una conducta conciliadora y colaboracionista en las luchas pasadas.
En este marco, desde distintos hospitales ha comenzado un proceso de reagrupamiento con asambleas, reuniones de los cuerpos de delegados autoconvocados y reuniones interhospitalarias.
Casi de manera unánime se ha levantado un pliego que plantea un aumento de 800 pesos a la base de cálculo, lo que representaría casi el 40%, el blanqueo de diversos ítems y el reconocimiento de la sexta hora de trabajo (el sector de la salud es el único que trabaja 6 horas en el sector público).
El gobierno hizo una primera oferta que fue rechazada por todos los sindicatos, y desde los autoconvocados se amagó con convocar una movilización. Esta primera reacción obligó al gobierno a elevar la oferta, planteando que elevaría la base de cálculo a 570 puntos (hoy está en 350) en tres cuotas, a lo largo de 2011. Ello representaría un aumento de unos 450 pesos para las categorías más bajas. Pero la oferta incluye el blanqueo de cinco ítems salariales adicionales sin asegurar su valor de bolsillo. Ese blanqueo implicaría, en los hechos, una rebaja salarial, pues esos ítems pasarían a sufrir los descuentos de ley. De ese modo, el aumento final de bolsillo sería muy inferior.
Esta última oferta ha sido saludada por todo el arco burocrático de Atsa, AME y Sumar, incluso declarando que supera lo que esos mismos gremios habían pedido. En el caso de la dirigencia del Sitas, han planteado que la van a someter a consideración de un plenario interhospitalario.
La dirigencia del Sitas esta procediendo con mayor cuidado pues se apoya en una base mas organizada y combativa, la del Movimiento Autoconvocados de la Salud, que viene de protagonizar enormes luchas en los últimos dos años y donde anida una gran desconfianza. Es esta misma dirigencia la responsable de la frustración de esas luchas, ya que con la manipulación de mandatos, hostigando y proscribiendo a sectores combativos contrarios a su orientación terminaron entregándolas.
Por eso mismo, se impone la convocatoria a una Asamblea general, para que sean genuinamente las bases las que decidan ante la última oferta del gobierno y, en caso de rechazo -como lo están planteando desde los hospitales más combativos- votar un plan de lucha hasta arrancar los reclamos.
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